viernes, 12 de octubre de 2012

En un ambiente hostil


Danzas Concheras 
en Barcelona 
a pesar de la mala climatología 






Fotografía: gentileza de Dance Trance


Este viernes 12 de octubre de 2012 tendría lugar en la plaça de la Mercè de Barcelona, como ya se había anunciado convenientemente, la celebración de una jornada de Danzas Concheras mexicanas. 

El actó se vivió deslucido por motivos climatológicos. La lluvia hacia tambalear la realización del Evento, obligando al grupo local, que contaba también con la participación y refuerzo de diez participantes venidos desde México, a refugiarse de la lluvía en una pasadizo con algo deedificación. 
Al final, la voluntad pudo más que las inclemencias y el Evento se celebraría a pesar del escaso público. 

Recordemos que a los danzantes agrupados en mesas, se les llama "concheros" en alusión a sus instrumentos de cuerda cuya caja está formada con conchas de armadillo, aunque ahora pueden ser solo de madera. 
Hay que señalar que su vestuario ha cambiado, en las últimas décadas de la nahuilla, corona, carcax, arco, vara y flecha chichimecas, semejante a los matachines de los altos de Jalisco, hasta la actual usanza azteca, que tiene como instrumentos el teponaztli, huehuetl, caracol marino, y huesos de fraile, a manera de cascabeles. 

Algunas mujeres son llamadas también "malinches" y pueden ser sahumadoras que con el copal saludan a los cuatro vientos y barren aquel espacio sagrado. Unos a otros se llaman "compadritos". 
 Cultivan la danza y la música, la flor y el canto, en el xuchil, que elaboran con flores y frutas, simbolizando la fertilidad y la abundancia, y por medio de alabanzas y pregones. 

José Gerardo Bohórquez nos recuerda que los habitantes originarios de México adoraban a sus dioses cantando y bailando delante de ellos. 

Siguiendo esta costumbre, la tradición conchera se originó en el Bajío, especialmente en Querétaro, y desde ahí "conquistan" el valle de México, Tlaxcala y hasta zonas chicanas de los EUA. Hay quien reconoce a Tlaxcala como matriz de los danzantes, pero no hay evidencia de ello. Estas interesantes danzas han sufrido una constante evolución con el paso del tiempo.

Originalmente los danzantes formaban varios círculos concéntricos jerárquicos. Entre más cerca del centro se estuviera, mayor era el rango de las personas que integraban el círculo. Los del primer círculo establecían los elementos de la coreografía, los del segundo círculo los copiaban y así sucesivamente, hasta formar una especie de ola. Para cuando el paso establecido había llegado al último círculo, el primero ya había establecido otro paso.
En el centro de esos círculos se encontraban los músicos que tocaban el huehuetl y el teponaztli. En el caso que vimos en la plaza de la Mercè de Barcelona el centro se dedicaría para las ofrendas. 

Los concheros son pues, grupos de danza ritual, la cual tiene raíces mexicanas prehispánicas y está vinculada a diversas fiestas religiosas. Entre los nombres que se le dan a esta danza se encuentran: «danza de los concheros», «danza de la tradición», «danza azteca» o «danza de la conquista» y muchas otras de carácter más o menos local o geográficamente muy concreto. 

Emilio Fiel en "peldaño a peldaño", donde se nos explica un poco el espíritu de estos concheros, los guerreros de flor y canto, nos dice: 

"Las danzas guerreras son cantos y rezos que hacemos con el cuerpo, para el bien de nuestra madrecita tierra. En ellas se expresa el poder de lo femenino y de lo masculino. Cada danza tiene un propósito y no se danza sin una razón poderosa (el día que se realiza, la ofrenda y celebración, la energía a la que se dirige, el lugar donde se danza…). 

Con los ayoyotes, las sonajas y el tambor oramos al espíritu, rememorando el palpitar del corazón de Gaia. Danzamos para el equilibrio del mundo, para la sanación, para la alegría, por la gente, en los equinoccios, por nuestros hijos… 

El tambor nos conecta al corazón de la tierra, mientras elevamos nuestros cantos al espíritu y danzamos nuestras plegarias. Cada ceremonia saca lo mejor de nosotros mismos, donde lo masculino honra a lo femenino y viceversa. 
Ambos cabalgan juntos como compañeros del alma. También danzamos los unos para los otros, para transmitir a nuestros hijos el código de las justas relaciones." 

En fin, a pesar de la mala climatología allí estuvieron. Hasta las cinco de la tarde danzando. Un día largo sin duda. 


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