lunes, 29 de abril de 2013

El Grito de los Creadores

“No nos cabe tanta muerte,
Memorial a Ciudad Juárez”
Una exposición colectiva 
que une Arte y Conciencias



Del martes 07 de mayo hasta el martes 21 del mismo mes podremos visitar en la Casa Elizalde situado en la calle Valencia 302 de Barcelona la exposición social “No nos cabe tanta muerte, Memorial a Ciudad Juárez” que un nutrido grupo de artistas, escritores, y creadores ofrecen como una reflexión que en vos alta, y a través de las artes visuales sin duda desean cambiar para el bien de todos.

Es, “el Grito de los Creadores”. Un grito comprometido con aquellos que sufren la violencia de esta ciudad y tantas otras que podríamos señalar dentro de nuestro dolorido Planeta. Al Norte, al Sur, al Este o al Oeste.

Un grito contra la injusticia, la impunidad, la pasividad y el conformismo de aquellos que se adaptan y transigen antes que intentar cambiar las cosas. Contra la violencia. La violencia de cualquier tipología. Femicidios. Explotación de todo tipo. Abuso de poder. Violencia de género. Especulación de alimentos y agua. Y todas aquellas variantes más o menos sutiles de explotación que ennegrecer y recortan la dignidad humana. La dignidad de todo hombre y mujer.

Los Creadores levantan los pinceles como aquellos caballeros de la Edad Media dispuestos a defender con su sangre a los débiles y los que sufren la injusticia. Alzan su voz de escritores, sus notas de músicos, sus creaciones de artistas, dirigiéndolas como una certera flecha que surca el cielo resplandeciente como una denuncia que alerta sobre la necesidad de cambios...
“No nos cabe tanta muerte, Memorial a Ciudad Juárez” es la perpetuación de aquellos hombres y mujeres que desde su pequeña (o grande realidad) no se resignan con los acontecimientos, ni tienen dentro de si lugar para los olvidos.

Una exposición que se inaugurará el próximo martes 07 de mayo de 2013 a las 19:30 horas, y que restará visitable al público con entrada libre, es decir gratuita, de lunes a sábado de 10:00 a 13:00 y de 16:00 a 21:00 horas


“No nos cabe tanta muerte, Memorial a Ciudad Juárez” es una Exposición de artistas de diferentes orígenes en homenaje a las víctimas que padecen la violencia de género y la impunidad. Denuncia artística a través de la sutileza y la memoria que cuenta con el apoyo y colaboración de:
ARTISTAS:

Amilcar Rivera, Hanamaro Chaki, José Andrés Peraza, María Romero, Mayra Martell, Mónica Lozano, Mónica Ruiz, Mina Hamada, Montse Roure, Paula Laverde Austin, Poncho Martinez, Reme Domingo, Rodolfo Green, Silvia Antolin y Ximena Pérez Grobet.

PARTICIPACIONES LITERARIAS:

Fernanda Álvarez, Diana Espinal  y María Rivera
COLABORADORES:

TPK Art i Pensament Contemporani, Pachi Toledo, Guadalupe Cano, Muna Makhlouf y Lucía Escobar Torres
CONCEPTO, COORDINACIÓN Y COMISARIADO:

Paula Laverde Austin
Transcribiremos la reflexión que publican los creadores de esta exposición en su web. Creemos que es digno de compartir, a pesar de que le pueda parecer largo a alguno de nuestros lectores:

Resumen

No nos cabe tanta muerte, Memorial a Ciudad Juárez es un proyecto colectivo itinerante que consiste en una serie de obras plásticas, audiovisuales, de instalación y performance, realizadas por artistas de diversas nacionalidades. Es, también, un homenaje, desde miradas y culturas diferentes, a las víctimas de los feminicidios de Ciudad Juárez que, desde 1993 hasta la fecha, sufren las atrocidades de la violencia de género y la impunidad. Hacemos del arte la herramienta de denuncia a través de la sutileza y la memoria. Es, por último, un gesto de empatía internacional con el que queremos mostrar nuestra solidaridad y nuestro respeto.
No nos cabe tanta muerte, Memorial a Ciudad Juárez es una muestra conformada por artistas de ambos sexos, entendiendo que la construcción cultural de género es una reflexión colectiva.
No nos cabe tanta muerte, Memorial a Ciudad Juárez pretende también, en cada ciudad donde realicemos la exposición, elaborar actividades paralelas que ayuden a reflexionar sobre temas universales como la violencia de género, las organizaciones civiles, el arte como herramienta de denuncia, la memoria histórica, entre otros.



Contexto histórico social

Los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, Chihuahua aún no se han detenido. La violencia e impunidad siguen creciendo sin que hasta el momento se hayan tomado acciones concretas para terminar con este feminicidio. El feminicidio debería ser un asunto de interés mundial, una cuestión de lesa humanidad.
“Feminicidio es el asesinato misógino de mujeres cometido por hombres desde su superioridad de género. Tiene que ver con los motivos, con las heridas que se inflingen en el cuerpo de la mujer y con circunstancias sociales que imperan en ese momento. Para que suceda, tiene que haber una complacencia de autoridades, personas e instituciones que están en el poder, llamémosle poder político, económico y social.” (Julia Monárrez Fragoso. Socióloga)
Jill Radford y Diana Russell definen el feminicidio de la siguiente manera: “Se trata de crímenes de odio contra mujeres”. Quizá esta definición, la más escueta, resulte la más concreta. Ellas consideran que el feminicidio se conforma a partir de una normalización social de la violencia contra la mujer: la sociedad la ignora, silencia, invisibiliza, desvaloriza, le quita importancia; incluso el círculo social primario la minimizan o peor aún, manifiestan conductas de relación a través del maltrato.
La sociedad está organizada de tal manera que la violencia forma parte de sus relaciones familiares, laborales y educativas. La cultura la refuerza como algo natural a través de una permanente reiteración de imágenes, enfoques y explicaciones que legitiman la violencia. Está demostrado que la violencia de género está presente en todos los estratos socioeconómicos, en todos los tramos de edad y es independiente del nivel de estudios, de renta o del trabajo del agresor o de su víctima. También está demostrado, con independencia del diagnóstico que pueda establecerse para una persona en concreto, que los agresores no son enfermos psicópatas o drogadictos. Estudios con agresores incursos en procesos judiciales demuestran que el 95% de éstos no sufren psicopatología que condicione su responsabilidad criminal. El alcohol o la cocaína tampoco son causas de estas conductas, aunque a veces son utilizadas por los agresores para facilitar el ejercicio de la misma.
En Ciudad Juárez desde 1993 desaparecen mujeres y no se vuelve a saber más de ellas, a menos que sus raptores decidan hacer aparecer sus cuerpos sin vida y con evidencias claras de haber sido brutalmente torturadas y asesinadas, violadas de manera tumultuaria y arrancadas partes de su cuerpo o quemadas. Es un dolor terrible para esta sociedad. ¿No hay nada que mueva a quienes pueden hacer algo al respecto?
La conducta arrogante de algunos funcionarios públicos y su manifiesta indiferencia ante estos delitos permiten concluir que muchos de ellos fueron deliberadamente pasados por alto por la mera razón de que las víctimas eran “sólo” muchachas corrientes y, por tanto, no eran consideradas una gran pérdida.
Hay una tendencia a relacionar el delito con la forma de vestirse o comportarse de la víctima, especialmente culpándola en vez de dirigir la atención hacia el victimario. Este tipo de tratamiento refleja una discriminación inaceptable.
Según cifras del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, entre 1995 y 2007 se documentaron 553 casos de mujeres asesinadas en Chihuahua y Ciudad Juárez. La mayoría de los casos permanecen en impunidad. La primera víctima encontrada fue la niña Alma Chavira Farel, en enero de 1993 y las edades de las víctimas oscilan entre los 10 y 35 años. Las mujeres viven en la más absoluta indefensión. Entre el 1 de enero de 1993 y el 30 de junio de 2010 existen 887 víctimas del feminicidio en Ciudad Juárez, según el recuento de la investigadora del Colegio de la Frontera Norte. A partir de un seguimiento hemerográfico, Norma Ledezma, de la organización “Justicia para nuestras Hijas”, informó que tan sólo en el primer semestre de 2011 se cometieron 187 homicidios de mujeres en el estado, de los cuales, 117 corresponden a Ciudad Juárez.
En este momento hay 340 maquiladoras (plantas de ensamblaje, la mayoría trasnacionales estadounidenses, en Juárez que emplean a más de 220.000 personas con sueldos de una décima parte o menores de lo que pagan en su país de origen, y bajo un esquema fiscal privilegiado. Este es el perfecto paraíso de la globalización económica neoliberal, trabajadores y trabajadoras sin derechos laborales, privilegios fiscales (cercanos a los de las zonas de libre comercio, donde no se pagan aranceles o son mínimos) y suculentos beneficios económicos para las multinacionales.
Estas empresas emplean a mujeres menores de edad sin tener que garantizar a su retiro el pago de las indemnizaciones. Despiden a sus empleadas por llegar dos minutos tarde al trabajo. Habilitan transporte para garantizar que las trabajadoras llegan a tiempo a la puerta de la fábrica, pero no hay transporte de regreso. En el trayecto de su trabajo a casa una gran mayoría de mujeres han sido asesinadas o han desaparecido.
Todo parece indicar que estas jóvenes son seleccionadas por sus victimarios por ser mujeres sin ningún valor en la sociedad. Suelen ser trabajadoras de las industrias maquiladoras que dominan la economía de Ciudad Juárez; camareras, empleadas en la economía informal o estudiantes. Muchas viven en circunstancias precarias, a veces con hijos que mantener o bien migrantes que no tienen familia en la localidad, La mujer tiene derecho, en condiciones de igualdad, al goce y la protección de todos los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural, civil y cualquier otra índole. Entre estos derechos figuran el derecho a la vida.
La desesperación y miedo de las familias de vivir en tal inseguridad al ver a las hijas salir del hogar sin saber si van a regresar, no son motivo que afecte la voluntad de nadie para poner un freno a estos hechos.
“A la fecha estos crímenes están impunes, y a las mujeres desaparecidas nadie las busca… y los asesinatos y desapariciones continúan sin que haya responsable alguno. Invitamos al gobierno a que emita alguna acción y deje de seguir ignorando que en esta frontera ocurre algo sumamente grave. Dejemos de ser cómplices de esta situación. Hacemos un llamado desesperado a todo aquél que su conciencia le exija hacer un mínimo esfuerzo por apoyar esta lucha en contra del feminicidio que parece no tener fin. Cada uno de nosotros, en nuestro ámbito de desempeño puede participar.
La sociedad civil y las ONG’s exhortamos al Estado Mexicano a que frene la impunidad en torno a los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez y el hostigamiento que sufren familiares de las víctimas y defensoras de derechos humanos. “ Marisela Ortiz, Nuestras Hijas de Regreso a Casa A.C.
Cabe mencionar como caso emblemático, el de Marisela Escobedo,activista social asesinada el 16 de diciembre del 2010, mientras protestaba en la puerta del palacio de gobierno de Chihuahua, por el asesinato de su hija ocurrido en 2008 y que tampoco ha sido clarificado.



Objetivos

Acudir al reclamo social de rescatar la memoria de las víctimas de la violencia en México tomando los feminicidios de Cd. Juárez como caso paradigmático. 

Contribuir contra el olvido y la negación de conflictos no resueltos aún, sino por el contrario, que se han ido agravando año tras año, como es el caso de los feminicidios de Ciudad Juárez. La reconstrucción del tejido social comienza, a juicio nuestro, tomando consciencia del daño causado; es decir, hacer visibles a las víctimas, solidarizarnos con su dolor y propiciar la reflexión. Trabajar sobre la construcción de la memoria colectiva desde el profundo respeto a las víctimas promoviendo la cultura de paz.
Vincular el arte a la recuperación de la memoria histórica como instrumento para reflexionar sobre los feminicidios de Juárez y temas subyascentes (la violencia de género, el capitalismo salvaje, la tragedia mediatizada, el machismo, la ineficacia gubernamental, el duelo, la esperanza, la ofrenda, la solidaridad, la memoria, el olvido, la huella, el dolor, la indiferencia, la impotencia), convocando artistas que trabajen sobre la línea de la sutileza, buscando con este perfil una resignificación del tema”.

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